Fin de semana en Cap d'Agde

Cap d'Agde es el balneario de la antiquísima ciudad de Agde, situada entre Sète y Béziers, a orillas del Mediterráneo. A diferencia de nuestro viaje anterior hacia la costa atrántica, al oeste, esta vez pudimos disfrutar de un tiempo magnífico. Al Mediterráneo no hay con que darle! Teniamos que asegurarnos el buen tiempo porque de ahora en más tendremos que esperar hasta el año que viene para ir de vuelta a la playa; en junio y julio tenemos un montón de laburo, y luego nos toca el invierno austral visitando a la familia.

Las proezas de Oriana

En las últimas dos semanas Oriana ha descubierto muchas cosas, empieza a darse vuelta sola en su tapiz de juegos y también a probar los manjares que le prepara Pía.

No es pura espuma

Si bien el tiempo no fue muy bueno, nos la rebuscamos para disfrutar del mar y el aire libre. Cuando subía la marea, en la costa rocosa frente a nuestra residencia podíamos ver como rompían la olas contra las piedras. Un día con rafagas de viento superiores a 100km/h el mar contra las piedras produjo un espectáculo muy lindo: el agua que entraba en un cañadón producía, además de la clásica espuma de yodo, una mezcla cremosa, lechosa, de una blancura inmaculada.

Otro día, lindo pero también muy ventoso, nos quedamos al reparo a orillas de una piletón. Faustina y yo aprovechamos para dormir una siestita.

Las salinas

Una de las actividades fue visitar las antiguas salinas de Sables d'Olonne. Las renovaron con fines didácticos y turísticos así que además de pasar un lindo día al aire libre nos enteramos un poco de cómo se consigue lo que le echamos a las comidas.

La maqueta de la ciudad la hicieron con materiales "reciclados". Cuando la vimos al inicio del recorrido nos dijimos: "¡Como nos estafaron!"; pero después nos dimos cuenta de que la visita estaba mejor.

¡¡ayayayyyyyy!!

¡No se rían, che! ¡¿Por qué no me avisan que acá hacen los bancos para el culo?!.