domingo, 24 de abril de 2011

Flores, árboles y bichos

Cuando estamos paseando nos gusta ver y oir nuestro entorno. En las ciudades llevamos la mirada más alta de lo habitual para apreciar los tesoros arquitectónicos. En los lugares naturales, llevamos los ojos bien abiertos y vamos con los oídos atentos para nutrirnos de los sonidos de la naturaleza. Así fue como encontramos algunas curiosidades y otras no tanto que pasamos a mostrarles (si hacen doble clic sobre las fotos pueden verlas en tamaño original).
Toda la zona costera es seca y rocosa, y es allí donde se concentran las principales ciudades. Entonces, visitando la ciudad de Rodas vimos muchas lagartijas como la de la foto que sigue (en la piedra más angulosa que está casi abajo de todo).
El principio de la primavera, aunque no sea la mejor estación para hacer playa, tiene sus ventajas. Todavía no hace demasiado calor y las flores están en su esplendor. Se destaca una especie silvestre parecida a la margarita que tiene como particularidad unos pétalos blancos con la base amarilla del mismo tono del estambre.

Siguiendo con la flora, algo que le hubiera encantado a mi mamá: tener hierbas aromáticas que crezcan hasta en las rocas! Además de la salvia de la foto había también mucho romero.
Para los patagónicos acá va algo que nos sorprendió. Durante la visita a un parque llamado Valle de las Mariposas descubrimos que los arrayanes no son exclusividad de la zona de Bariloche.
En el mismo lugar, donde domina un arroyo que baja de la montaña, entre las piedras había cangrejos blancos de agua dulce (yo pensaba que era una especie exclusivamente marina).

Durante toda nuestra estadía, nos regocijamos con el espectáculo que brindaban las golondrinas. Un día, vimos como unas bandadas de unas 40 cada una se metían en la copa de un olivo. Primero entró un grupo. En el transcurso de menos de 5 minutos se fueron zambullendo sucesivamente otros 7. Cuando aparecieron otros 3 ya no podían introducirse tan fácilmente y revoloteaban unos segundos hasta que lo lograban. Ya eran como 400!! Hasta que llego una bandada seguida por un aguilucho que provocó un desbande fenomenal!!
En el balcón de nuestra habitación, una mañana, obtuvimos esta foto.
Para cerrar este capítulo, unos animales no tan raros pero que Faustina recuerda con mucho cariño.

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